Como Me Obsequiaron mi Musica



Relato de un viaje místico en vida.

Cada ser vivo tiene una historia. Muchas de ellas no las conocemos porque sólo nos aferramos a ver la de nosotros. Nuestro único contacto es y en muchos casos nulo con el OTRO. Y siempre que nos referimos al OTRO pensamos en un ser humano: una cabeza, dos pies, dos manos, dos ojos y un corazón. Hoy aprendí que no es así.

Justo en el momento en que vi la luz por primera vez, acabo mi viaje, recuerdo que fue la del sol naciente, oriente. Muchas veces empezamos narrando los viajes de inicio a fin pero en este caso el tiempo no importa sino lo que aprendí.

Aneas mi nombre, Mago Galáctico mi título. 5 flores en forma de pentágonos formaban un círculo que me vio ascender a este plano, en medio una ceiba de 13 espinas. Es curioso como al desconocer el “lenguaje” se aprende a hablar de otras maneras. Y es que este lugar colorido me cantaba con una música festiva desde que aprendí a sentirla, así es, ellos también saben tocar música. Ante mis ojos blancos y tiernos todo se doblaba antes mi y lejos de mi sin perder su forma. Las hojas regocijaban de ternura al saberse escuchadas por mí. Me invitaron a saltar. Al momento recuerdo sentir miedo por no entender sus razones de prepararme tal bienvenida. Fue entonces cuando la conocí.
Buscar la Coatlicue: http://es.wikipedia.org/wiki/Coatlicue

Lo primero que me di cuenta era que no tenía cabeza, ella solo era cuerpo. Su ropas se conformaban por serpientes serenas, en su estomago yacía un vacio lleno. Lo que más me sorprendió era como las flores siempre la volteaban a ver mientras pasaba. Fue cuando sentí esa necesidad inexplicable de acercarme hacia ella. Descubrí entonces que mi camino había comenzado. A su paso flores multicolores y colibrís abrían un camino en el espacio. Sin pensar en más estaba surfeando en los cielos. Pude ver GAIA desde arriba con todo su esplendor.

De repente la música se detuvo… estaba en la oscuridad. Un gran brazo mecánico sin sentido iniciaba lo que parecía una destrucción tonta y sin intención. Atrás del brazo no se veía cabeza, ni mucho menos corazón. En este ambiente azul oscuro y negro corría asustado hacia los confines intentando buscarla. Un de sentimiento de angustia y tristeza se apodero de mí. Por más que quería huir de los brazos el cielo se tornaba gris. Intentaba volar y no podía.

De la tierra surgían a gran velocidad nubes de fuego con roca, era como si desde dentro GAIA estuviese enojado y peleando. Temblaba pero los brazos mecánicos cada vez más fuertes y cada vez más inteligentes aceleraban la destrucción sin sentido de este hermoso lugar. Al presenciar que la tierra jamás podría vencer a los brazos…. decidí hacer algo.

En contra de toda mi razón corrí a toda velocidad hacia uno de los brazos. Intente observar su fin pero la niebla gris la tapaba. Asustado y perdido sin saber que hacer… me surgió un sentimiento.

Cante… cante los susurros que ella me había enseñado. Al inicio el miedo se apoderaba de mí. Pero poco a poco mi voz resonaba en mi cuerpo regalándome paz que había olvidado sentir.

Al son de la música observe como del cráter de un anillo de fuego surgía mi ayuda. Quetzalcóatl surgía del fuego con poderío y elegancia. Destellaba color violeta a su paso y sin preguntarme más decidió subirme a su lomo. Podía volar otra vez! Le pedí en música que subiéramos arriba del humo gris y fue entonces cuando lo descubrí.

Las manos no tenían conductor! Supe lo que tenía que hacer.

Salte desde el cielo par caer encima de una de ellos. Escuche su música y aprendí su lenguaje, hable con ellos. Empecé a alinear a todos ellos en una línea horizontal, el humo se apaciguaba.

Los conduje a girar interminablemente…para generar un viento poderoso que aclarara él cielo, quería que las estrellas pudieran ver GAIA otra vez. Los brazos poco a poco se calmaban y al ver que encontraban en mi a un guía que les apaciguara su sin sentido…. hacían lo que yo ordenaba. Volteaba al cielo y Quetzalcóatl me observaba. Alegre su vuelo cada vez dejaba un destello más grande de violeta.

Poco a poco el destello creaba nubes… nubes violetas que lagrimaban colores. Y justo cuando los brazos limpiaban el cielo del tumulto caía la lluvia multicolor en forma de espiral. Todo parecía mejorar pero aun faltaba algo, todo aun se veía oscuro. Apuntando con un brazo ahora estático y blanco (referencia visual aparato de energía eólica) apunte con mi dedo índice la quinta abertura del monte del Oriente.

Quetzalcóatl lo entendía… y en cinco aleteadas de sus alas y con cinco notas SOL ingreso abajo del horizonte donde su misión era acabar con los demonios del inframundo una vez más.

Cinco horas después la luz nacía en el horizonte que poco a poco daba vida a lo natural y alumbraba a lo artificial. Atrás de mí me esperaba ella con un anillo de luz que lo puso sobre mi cabeza. Electrifico mi cuerpo y me obsequio una música celestial, la que generaba mi corazón cuando lo escuchaba.

Fue entonces cuando recobre mi sentido, fue entonces cuando sentí por primera vez frío. Fue entonces cuando reconocí por primera vez la luz, la luz del sol del amanecer. Todo esto paso en vida, todo esto lo llevo en mi sangre. Y es que entendí que mi misión está viva… tan solo tengo que cumplir lo que ya aprendí hacer. Conectado con mi ser estoy…..conectado con la vida SOY.

MAGO GALACTIKO

21 de Abril 2010



A mis hermanos: Carlos y Kenji, es un placer seguir trabajando con ustedes.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Espero que no estés utilizando substancias prohibidas, ok?

Entradas populares