El Día de los Árboles


Salí a caminar, por la misma ruta que tomo para ir a trabajar. Esta ruta en definitiva no tiene absolutamente nada de extraordinario. Es quizá comparable con alguna calle quebrantada por el barrio de cualquiera de ustedes. Sin embargo ese día algo en la normalidad relució a lo extraordinario. Me di cuenta de una cosa, los árboles, todos! Se movían ligeramente hacia mí cada vez que pasaba junto a ellos. Era como si quisieran acercarse a mí, como si estuvieran a punto de decirme algo y romper con su eterna timidez.
Caminaba hacia adelante y hacia atrás y ahí estaban ellos. Era un acercamiento muy sutil de sus ramas. Nunca me asuste, pues los árboles y el miedo son dos cosas que jamás podría concebir que se asociaran. Al finalizar mi ruta tuve la curiosidad de voltear hacia atrás solo para darme cuenta que todas las hojas de los arboles me seguían. NADIE SE DIO CUENTA!!! Nadie veía lo que yo y eso si fue lo que me asusto.
Hice lo que cualquier persona sensata haría cuando se enfrenta ante esta situación…. Me acerque a uno de los árboles y les pregunte:

¿QUE QUIEREN DE MÍ?

A mi sorpresa no me contestaron. Confundido y un poco molesto decidí que probablemente se sentían aun intimidados por la gente que nos rodeaba. Quizá no querían que la gente los tomara como árboles locos y los pódaran de la calle. Yo lo creía lógico pues la fama que ocasionaría en el mundo saber de su existencia los encerraría para siempre de su libertad actual.

Pues fui más inteligente de lo que pensé y me esperé a medianoche para regresar y hablar con ellos o al menos con uno. Yo sabía que querían decirme algo y era mi misión averiguarlo.

2:34 AM Salí de mi casa esperando que nadie me fuera a verme, por eso de las moscas claro ésta. Camine lentamente hacia ellos sin hacer ruido, el menor posible. Me asome para ver si había alguien o algo a mi alrededor, RUEDOR!!!! grite, pero era una falsa alarma.


Ellos se dieron cuenta y rápidamente voltearon todos hacia mí. Entonces fue cuando sucedió:

EL MENSAJE QUE VOS TE DAREMOS ES PARA QUE LO TRANSMITAS A LOS SERES QUE NO SABEN DONDE ESTAN SEMBRADOS.

DILES QUE NOSOTROS LOS ARBOLES SABEMOS HASTA DONDE LLEGA NUESTRA RAIZ. QUE EL SOL Y LA LLUVIA SABEN PERFECTAMENTE COMO Y CUANDO SEMBRAR.

DILES QUE HAN ROTO LOS CANDADOS, QUE LO UNICO QUE PUEDEN HACER AHORA ES PENSAR EN LOS QUE AUN NO APRENDEN A IGNORARNOS.

En ese momento ya no supe nada de ellos. Regresaron a su estado normal, como si yo ….. de pronto no sabía porque estaba en medio de la calle, en medio de la noche. Me asuste, me regrese e intente dormir todo lo que pude….

Al siguiente dia por la mañana que llegue a mi trabajo… solo pensé en escribir este cuento…..

Comentarios

JONSONG ha dicho que…
oye mein...no cenaste peyote??..jajaja.

Me gusto tu cuentesito, se me hizo creativo.

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